Carta para dos

¿Por qué te escribe a ti, cabrón?

¿Por qué gasté mis letras en mis cartas, el tiempo en mi reloj y los sueños en mi cabeza, pensando en ella, escribirle, en adorarla, en que sea mía, y en cosa de segundos llegas tú y me la arrebatas?

Me causa conflicto el saber que pudiese pasar la eternidad pensando en el hubiera más que en el ahora. o en el aquí. Sin embargo las modalidades tiempo-espacio nunca han sido mi fuerte, he pasado toda una vida, junto a la mitad de la anterior, deseándola, para que en cosa de unos cuantos tictac’s llegues tú con tu sonrisa imperfecta, una mirada de galán y una camisa descosida a destruir una historia que fue leyenda en mi cabeza y que en los textos más antiguos del futuro apareciese como el estereotipo de perfecta.

Pienso en ti, pienso en ti, pienso en ti. y él también. Qué coraje, habla juventud contra tradición, habla costumbre contra innovación. Te reto a una pelea, villano, antagonista, fuerza opuesta que lucha por quitármela. No, espera, no podemos pelear. Por que tendría que estar dispuesto a apostar su mano, y no señor, es mía, ¿estoy obsesionado? Tal vez, pero no llegará un donJuan pandroso del Siglo moderno a robarme mi amor eterno, ¿entendido?

¿Rimó? ¿De verdad? ¡MIRA AMOR!¡SIGO SIENDO UN POETA! ¡YA PUEDES DEJAR DE CITAR A ROJAS! ¡HE VUELTO A TI MI ORIANA!

Una poesía accidental que con desvelo aconteció, no es un sentimiento, no estoy expresando mi tristeza estoy demostrando mi pasión, si vinieses tú a querer decir que yo y mis voluntades ya son banales, no señorita está mal pues mi única voluntad es usted y de ser honesto usted es la superficie menos terrenal que existe. Si no fuese por su deseo de añoranza ahorita usted debiese seguir siendo del rey. El rey sin reino. El Duque sin ducado. El enamorado sin su amor.

¿Sí tiene sentido el estilo con el que escribo? No, yo sé que no, pero con la misma confusión de mis palabras es con la que hoy te juntas con aquel novato que no va a poder ser fiel. Contigo, cabrón. Que sé que leen mi carta en voz alta, repitiendo mi voz en su cabeza, que están juntos, tal vez abrazados. Que al terminarla tú cabrón serás un socarrón y le darás un tierno beso, pero tú, mi amor, tendrás una reflexión y te darás cuenta de lo que fui para ti, –O deseo ser– comparado con lo que él intenta imitarme, siendo para ti.

¿Me acompañas con esta pieza de baile? Anda, no me digas que ya olvidaste aquellos movimientos que hacíamos para sorprender la pista. Una pista vacía, pues nadie nos veía. Un baile imaginario, por supuesto. ¿Ya los olvidaste? Anda mi amor, si un día mi deseo de estar contigo se pudiese cumplir, seguiré luchando, aunque estés con el hombre que hoy noche te acompaña.

Tal vez, aún continúas siendo fantasma de mi desilusión, y estar contigo no ha sido más que una hermosa pesadilla, o un terrible sueño. Te amo, aunque no nos conozcamos. Y tú, tipejo bausán rácano, cuídala. Pues aunque ella no lo sepa, algún día ella llegará a ser mía. Ya la esperé toda la eternidad en una carta, y ya la inmortalicé en un bosquejo, pudiese continuar así hasta que las canas no me permitan seguir dándole ese elixir de vida que la mantendrán viva hasta que mis notas se pierdan.

Con afan.

-E