El amor se apaga cuando la luz se enciende.
- Valentín E Martínez Rojas
- 12 jul 2014
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 4 feb 2020
“Con la mano levantada hacia la nada donde se dibuja tu silueta y con la pierna estirada para sentir el calor de las tuyas acercándose, estoy sólo en mi habitación susurrándole al silencio donde tu respiración apenas y se siente y los latidos de tu corazón son más intensos que nunca, aunque no estés presente…”
Charlas de madrugada que enfatizan en la idealización de un futuro juntos. Conversaciones sin fin dónde se escuchan las risas y nervios al saber lo que ocurre, sentimientos enterrados en lo más profundo de aquella superficie de pensamientos banales, que poco a poco van saliendo a la luz con la energía brindada por un poco de esperanza. Hablar y reír, disfrutar y cantar –claro, ambos lo hacemos fatal– sentir el calor del cuerpo de la persona del otro lado del monitor, sentir sus caricias, su cariño… entonces, ¿Cómo te atreves a pedirme que duerma? Si lo divertido de dormir es soñar…. y mientras hablo contigo sueño despierto. ¿Cómo te atreves a quitarme tal privilegio dónde tu sonrisa sirve como barco para zarpar a cualquier sueño o a cualquier destino?. Sin embargo… El amor muere cuando la luz se enciende. Y los susurros cesan. y el calor desaparece. Y el monitor enciende y es hora de terminar la llamada. Y la distancia nos recuerda quién es la que reina aquí. …. Buenas noches, ¿Hablamos mañana? te quiero.
-E
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