Miedo Provisional.
- Valentín E Martínez Rojas
- 24 dic 2012
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 jun 2023
Monterrey, Nuevo León.
El día de ayer estaba en el coche con mi familia – Tíos, prima, sobrino y papá – y mi tía iba manejando; era una avenida de múltiples carriles, íbamos conversando cuando de pronto ella, sin darse cuenta, se le cerró a una motocicleta que era abordada por dos tipos; los cuales no tenían más de veinte años entre cada uno. Empezaron a tocar el cláxon, a gritar cualquier grosería, y hacer ademanes. Mi tía siguió conduciendo ofreciendo una disculpa. Mientras tanto, Mi tío – Un señor de avanzada edad que se desplaza con bastón – no logró contener el impulso de responder la agresión: Gritó groserías, hizo señas, casi se baja del vehículo amenazándolos… Ellos nos rebasaron, se pararon enfrente de nosotros – Obligándonos a detener el coche por completo – El copiloto sacó una pistola de la parte trasera de sus pantalones, recortó cartucho, nos apuntó y se rieron los dos. – Suponiendo que todos los que íbamos a bordo teníamos una cara peor que “El Grito” de Edvard Munch – Y se fueron.
Horas después yo me encontraba jugando futbol en la casa de mis tíos con mi sobrino – Un niño de tres años que no tenía idea del peligro latente que habíamos vivido ese día – él estaba pateando la pelota, diciendo cosas como: “Óle” “Goool” mientras yo le seguía la corriente. Ya estaba oscuro. En algún tiro, su pelota se fue atrás de los coches estacionados en el garage y me dijo: “¿Puedes ir tú por ella? Es que allá hay Bruffalos y crocodilos que me dan mucho miedo, ve tú, ¿Sí?”….
Llegué a una conclusión: El miedo adopta distintas caras según el observador.
-E
Comments